Dicía Marx (vía David)…
Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí.
De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se revoluciona, más o menos rápidamente, todo el inmenso edificio erigido sobre ella.
Exactamente isto é o que ocorre nestes días. As condicións materiais (o informacionalismo) configuran un novo mundo de relacións económicas de produción (onde non é precisa a “propiedade intelectual“)… provocando o conflito entre as forzas produtivas (programadores, escritores, etc) e as relacións de produción existentes (patentes, copyrights, etc). E estalla a revolución social. Esta vez, pola abolición da “propiedade intelectual“.
Dicía tamén Castells (xa citado nun post anterior)…
El proceso de transición histórica avanza con la absorción de las formas sociales precedentes por las nuevas y emergentes, de modo que las sociedades son considerablemente más confusas que los modelos que creamos con fines heurísticos. ¿Cómo sabemos que un paradigma dado (por ejemplo, el informacionalismo) es dominante respecto a los otros (por ejemplo, el industrialismo)? La respuesta es sencilla: por su rendimiento superior en cuanto a acumulación de riqueza y poder.
Las transiciones históricas son moldeadas por el mundo de los que ganan. Este hecho no implica ningún juicio de valor. En realidad, no sabemos si el hecho de producir más y más entraña valor superior alguno en términos de humanidad. La idea de progreso es una ideología. Lo bueno, lo malo o lo indiferente que sea un nuevo paradigma depende de la perspectica, de los valores o de los criterios de calidad. Sabemos que es dominante porque, al imponerse borra la competición por medio de la eliminación.
En este sentido el informacionismo es el paradigma dominante de nuestras sociedades, que sustituye y subsume al industrialismo.
O informacionalismo logra incrementa-la produtividade que deriva nun aumento do noso benestar. Este proceso conleva rexeita-las ataduras pasadas (a “propiedade intelectual“) que determinaron a anterior fase de desenvolvemento, e que agora impiden eleva-lo noso nivel de vida. De feito, esta nova situación é unha volta á artesanía (dixital), liberándonos das relacións sociais impostas polo industrialismo.
Mais nesta volta ás orixes, a abolición da “propiedade intelectual” non pode realizarse de golpe. Non é posible acabar dunha tacada cun sistema que sostén modelos de negocio monopolísticos basados na restricción de acceso ó coñecemento. Así…
Creemos que la forma más sensata de conseguir llegar a él es la paulatina reducción del tiempo de los derechos de exclusividad sobre patentes, copyrights y derechos de autor, es decir la paulatina devolución a la sociedad de las rentas monopolistas generadas por el tratamiento legal de la creación intelectual como si fuera una forma de propiedad.
O camiño para aboli-la propiedade intelectual é a devolución.
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