Así entramos en la capital funcionarial europea: a las 12:00 de la mañana y con mucho frío. Con las indicaciones de Chema llegamos al Apart’Hotel Citedines en apenas 50 minutos y sin rodeos. Todo bien. Experiencia de viaje: 8 sobre 10.
Una vez allí, un recepcionista algo borde nos hizo esperar: no se puede hacer check-in antes de las 15:00. Entendido. “Nos vamos a comer”. A las 16 volvemos cansados y deseando pegarnos una ducha y una siesta.. y continuan los problemas en recepción (muy poco user-friendly). Otro recepcionista más borde si cabe nos pone mil pegas para coger las habitaciones y -a pesar de tener la reserva hecha con visa- nos pide que paguemos por adelantado el alojamiento … de las 8 personas los 4 días!
Luego de esperar una media hora tirados en la recepción del hotel, llega el dueño de la VISA y todo se soluciona a la velocidad de la luz. Arreglado el pequeño percance subimos, no sin antes pedir la clave para la wifi. Nos hechamos pero … sorpresa! No hay wifi. Bueno, sí hay pero ninguna del hotel. Y la única que está abierta es justamente la de los libresofts. Sin pensarlo un segundo nos conectamos a la libresoft network y nos ponemos a planificar lo que queda de día.
Lecciones aprendidas: al Citedines, nunca más, al menos en Bruselas. Y 2: sin VISA eres un cliente de segunda.
Leave a Reply