Marvin Harris é a principal cabeza do materialismo cultural. Unha vertente antropolóxica que trata de explica-los fenómenos culturais (mitos, tabúes, …) dende unha perspectiva material. En Vacas, cerdos, guerras y brujas, no capítulo titulado El Potlatch, Harris ofrécenos unha distinción entre as sociedades redistributivas e as recíprocas a través da explicación do fenómeno potlatch. Según el, as sociedades ou sistemas económicos recíprocos son…
una forma de intercambio económico que se adapta principalmente a condiciones en las que la estimulación de un esfuerzo productivo extra intensivo tendría un efecto adverso para la supervivencia del grupo. Estas condiciones están presentes entre algunos cazadores y recolectores como los esquimales, semai y bosquimanos, cuya supervivencia depende totalmente del vigor de las comunidades naturales de plantas y animales existenes en su hábitat. Si los cazadores ponen en práctica de repente un esfuerzo concertado para capturar más animales y arrancar más plantas, corren el riesgo de deteriorar permanentemente el aprovisionamiento de caza en su territorio.
Pola contra, as sociedades redistributivas…
eliminaron la dependecia primordial de la reciprocidad cuando fue posible aumentar la duración e intensidad del trabajo sin inflingir daños irreversibles a la capacidad de sustentación del hábitat. Precisamente esto se logró cuando los animales y plantas domesticados sustituyeron a los recursos alimentarios naturales. En líneas generales, cuanto más trabajo se dedica a plantar y criar especies animales, mayor cantidad de alimentos se puede producir. La única dificultad estriba en que la gente no trabaja habitualmente más que lo estrictamente necesario. La redistribución fue la respuesta a este problema.
Neste contexto explica Harris o fenómeno potlatch ou festíns competitivos que certas tribus practicaban:
Un consumo y despilfarro conspicuos que no encontraban parangón ni siquiera en la más despilfarradora de las modernas economías de consumo. Hombres ambiciosos, sedientos de status competían entre sí por la aprobación social dando grandes festines. Los donantes rivales de los festines se juzgaban unos a otros por la cantidad de comida que eran capaces de suministrar, y un festín tenía éxito sólo si los huéspedes podían comer hasta quedarse estupefactos, salir tambaleándose de la casa, meter sus dedos en la garganta, vomitar y volver en busca de más comida.
Este fenómeno fixo pensar a moitos expertos que non se podía explica-los estilos de vida en termos de factores prácticos e mundanos (tripas, sexo, enerxía, vento, choiva, …). Harris defende, pola contra, que sí se pode.
Si consideramos todas las aldeas kwakiutl como una sola unidad, el potlatch estimulaba el flujo incesante de prestigio y objetos de valor que circulaban en direcciones opuestas.
E sigue dicindo…
En su núcleo fundamental el potlatch es un festín competitivo, un mecamismo casi universal para asegurar la producción y distribución de riqueza entre pueblos que no han desarrollado plenamente una clase dirigente.
Sintetizando…
En condiciones en las que todos tienen igual acceso a los medios de subsistencia, la donación de festines competitivos cumple la función práctica de impedir que la fuerza de trabajo retroceda a niveles de productividad que no ofrecen margen de seguridad en crisis como la guerra o la pérdida de cosechas. Además puesto que no hay instituciones políticas formales capaces de integrar las aldeas independientes en una estructura económica común, la donación de festines competitivos crea una extensa red de expectativas económicas. Esto tiene como consecuencia aunar el esfuerzo productivo de poblaciones mayores que las que puede movilizar una aldea determinada. Finalmente, la donación de festines competitivos actúa como un compensador automático de las fluctuaciones anuales en la productividad entre un conjunto de aldeas que ocupan diferentes microambientes: hábitats de la costa, de lagunas o de altiplanos. Automáticamente, los festines más importantes de un año dado tendrán como anfitriones a las aldeas que han gozado de las condiciones de pluviosidad, temperatura y humedad más favorables para la producción.
O potlatch é, polo tanto, un mecanismo que teñen as sociedades redistributivas para asignar os recursos dos que dispoñen da maneira máis eficiente e segura.
Neste contexto, son necesarios determinados axentes que estimulan e garanten a xeración de valor (produtividad e innovación): os mumis.
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