Que soy un eclético no lo oculto. Pero es que me encanta poder encontrar razonamientos complejos a través de historias. A través de lo popular (lo pulp – si viene de la literatura, o lo pop si de la música), de las historias construimos nuestros sueños y nuestros miedos. ¿Por qué tendríamos que olvidarnos de narrar cuando hablamos de negocios o de política? De hecho en eso consisten tanto uno como otro: contar historias, construir sentido .. y ejecutarlo, claro 😉
Lo que ahora listo son un par de novelitas con las que he disfrutado muchísimo. Ambas son una gozada. De lectura obligada para antiglobis y neocons.
- Leyes de mercado, de Richard Morgan.
Es la historia de Chris Faulkner: un joven ejecutivo recién llegado a una gran multinacional. Se gana la vida invirtiendo en conflictos (“que vivan las guerras pequeñas” es el slógan de su sección): vendiendo armas/tecnología/etc a unos o a otros según sea mejor para la cuenta de resultados de su empresa.
A lo largo del libro Chris oscila los 2 polos que lo definen: su mujer, Carla (cuyo padre es escritor anti-sistema y con tendencia socialista) y su compañero de trabajo Mike (un ejecutivo agresivo y totalmente convencido de que la única manera de funcionar es el sistema que se dibuja en el libro).
- Jennifer Gobierno, de Max Barry.
El argumento principal reside en la campaña de márketing del último producto estrella de Nike. Dos ejecutivos de la empresa -buenos conocedores de la ley de oferta y demanda– sacan al mercado existencias limitadas de sus zapatillas y contratan a francotiradores para que maten a los primeros compradores: “eso generará expectación sobre el producto”, dicen.
A partir de aquí, una policía a sueldo del gobierno investigará el caso con los pocos recursos de los que dispone la policía (que “no actúa si no hay un presupuesto y un cliente que lo pague”).
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