Estos días, a raíz del Anteproyecto de ley de economía sostenible, estamos viendo una enorme reacción social galvanizada en torno al Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales de internet. En palabras de David de Ugarte:
todos esperábamos una ley de sostenibilidad que abriera un camino nuevo -tecnológico, ecológico, industrial y social- y generara esperanza en el futuro. En su lugar el gobierno ha hecho una ley para sostener economicamente a sus últimos apoyos, la cada vez más impopular SGAE, a costa de nuestras libertades.
No tengo mejores palabras que las de David. Únicamente hechar un poco de luz sobre quien está perdiendo y quién ganando en la industria discográfica. Justamente esta semana el Times ha publicado un estudio sobre de la industria musical británica:
De los 3 pilares de la industria musical -música en directo (live revenue), música grabada (recorded revenue) y royalties o pagos por reproducción de música de un artista determinado en público (PRS revenue)- el informe extrae que durante el período 2004-2008:
- Los cobros por royalties aumentan moderadamente, siendo las reproducciones on-line y broadcast las que más aumentan en detrimento de las reproducciones mecánicas.
- Las ganancias por actuaciones en directo se han doblado, tanto para promotores como para artistas, siendo éstos últimos los que más se llevan (casi un 90% del total).
- Las ganancias asociadas a los sellos discográficos (venta de discos) han disminuido más de un 30%, siendo la discográfica la que más ve reducida sus ingresos, no los artistas.
El informe, que el propio Times subtitula “this is the graph the record industry doesn’t want you to see” revela un cambio en el patrón de consumo de los consumidores. El patrón no nos dice nada más que: la gente ya no quiere plástico, sino música. Y ahí reside la oportunidad de negocio de artistas, productores, promotores, etc. Los propios autores señalan que:
at some point next year revenues from gigs payable to artists will for the first time overtake revenues accrued by labels from sales of recorded music.
Y éso es exactamente a lo que nos enfrentamos: a la reconversión de los sellos discográficos y sus lobbys asociados (SGAE, promusicae, etc). Como en cualquier otra reconversión industrial (astilleros, automóvil, etc) el gobierno debe velar porque los damnificados puedan aprovechar su experiencia para ganar dinero de otro modo. Pero nada le da derecho a poner sobre el tablero de negociación nuestras libertades como ciudadanos.
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